Hoy os voy a contar el viaje más esperado del año pasado que fue mi viaje a Edimburgo. Tuvo lugar en el mes de agosto y para ser sincera esa ciudad me fascinó por completo. El ambiente que se respiraba en las calles, los secretos que ocultaban los callejones más inesperados de las plazas principales, la música de las gaitas resonando al caminar....
Nuestro primer día fue el más intenso ya que nos levantamos a las cuatro de la maña para coger el primer vuelo de Barcelona-Edimburgo. El primer desconcierto fue que tuvimos un gran retraso con el avión puesto que salimos una hora más tarde de lo previsto. Al aterrizar allí, nos dirigimos en taxi hacia nuestra vivienda. El taxista, con su pronunciado acento inglés, nos explicó con detalle los lugares que íbamos recorriendo. Me asombró saber que en este mes se estaba celebrando el "Fringe Festival", festival de las artes escénicas.
Para redondear la mañana, nos engañaron con el apartamento que mi madre unas semanas antes había reservado. Nos introdujeron en una habitación diminuta y como no se podía cambiar la reserva, nos tuvimos que fastidiar. Más tarde, fuimos a comer a un sitio bastante divertido. Las mesas redondas pero lo suficientemente grandes para que te pudieras sentar con mucha gente.
Se podría decir que el día mejoró bastante por la tarde porque paseamos y como que rompimos nuestros planes. El objetivo de mi hermana y yo era reservar los cinco días que quedaban de estancia allí para hacer "tours" guiados todos los días. Mi madre aprobó con sarcasmo la idea porque había sido suya.
Rechacé una cantidad considerable de ofertas para que asistiéramos a uno de los festivales que se celebraban allí. Después de andar y poder observar el continuo trayecto de personas, aprendí nuevas formas de vivir. Al llegar al apartamento cenamos una comida comprada en el mercado de la plaza principal y descansamos para el día siguiente.
P.D: No fue muy divertido el primer día como ya habréis leído pero a partir del segundo ya va mejorando. Pensad que incluiré fotografías.
BET
